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Ya sabéis que siempre me gusta culturalizaros (si se me permite decirlo así), por lo que hoy os voy a hablar de una novela de Carlos Quílez, Director de Análisis de la Oficina Antifraude de Cataluña, la novela Cerdos y gallinas publicada por Alrevés Editorial que, con todo lo que estamos escuchando últimamente de tramas, corrupciones, etc, recrea el funcionamiento de las tramas corrupción que operan en nuestro país…

 

Cerdos y gallinas, tramas de corrupción según Carlos Quílez

Carlos Quílez dice que no vivimos en un país corrupto en términos generales, sin embargo “existe una extraordinaria minoría beligerante, chula y soberbia, que incluye a jueces, políticos, empresarios y medios periodísticos, contra la que debemos tener tolerancia cero, sin embargo existe una extraordinaria minoría beligerante, chula y soberbia que se mueve con total impunidad y contra la que debemos luchar y ser absolutamente intolerantes”.

Patricia Bucana es una profesional de raza que no duda en adentrarse en las cloacas de la sociedad, aun poniendo en riesgo su vida, para descubrir un mundo desconocido para la mayoría, minoritario, pero que provoca la percepción de que vivimos en un país corrupto, como arrojan los datos recientemente publicados por la Oficina Antifraude de Cataluña.

Un buen periodista nunca se conformará con la versión oficial sino que tratará de contrastar los hechos hablando también con los supuestos delincuentes”. En la presentación, Quílez acusó a los medios de comunicación de haberse convertido en parte implicada en las informaciones de forma deliberada.

No creo en la total objetividad, sin embargo en estos momentos la información que llega al consumidor está absolutamente pervertida”, y ponía el siguiente ejemplo: “antes, un locutor de fútbol se encontraba en la grada y, aunque no ocultaba su simpatía hacia uno de los dos equipos, la información que daba era bastante equilibrada. Hoy, ese mismo locutor ha bajado al terreno de juego y no duda en dar codazos al equipo contrario y agua al propio. Esto es indignante. Los empresarios del periodismo no quieren profesionales que les aporten problemas sino simples seguidores de sus instrucciones”.

La novela también descubre la falta de colaboración entre diferentes cuerpos de policía, que a veces no dudan en descafeinar los hechos para evitar que los otros obtengan las medallas.

 

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