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La guapa co-protagonista de una de mis películas favoritas, GHOST,  Demi Moore, en menos de un año ha visto como su  físico ha cambiado de manera radical. Su cuerpo atlético de constitución delgada con un rostro lleno de vitalidad ha ido dejando paso a un semblante famélico y unos brazos esmirriados de aspecto enfermizo que han hecho saltar la voz de alarma sobre la extrema delgadez que luce la artista.

Y es que los disgustos que se debe estar llevando a causa de los escándalos con su marido Ashton Kutcher le deben estar pasando factura, a no ser, claro está, que haya sido por exigencias de algún guión y que todavía no haya llegado a nuestros oidos…

En poco más de seis meses la figura de la actriz ha ido perdiendo formas hasta convertirse en la mínima expresión de una silueta que un día no muy lejano irradiaba feminidad.

Además, el cabello largo, lacio y azabache no ha hecho más que acentuar las facciones esqueléticas que ahora forman parte del cuerpo de la actriz.

Un caso más de impresionantes cambios radicales de imagen que esuponemos que deben tener una explicación lógica y que no se deban a un desorden alimentario fruto del estrés, o mucho peor, de la presión del mundo de la fama.

Fuente: Chance

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