Normalmente, con la llegada del buen tiempo, parece que nos volvemos locas y no paramos de intentar perder unos kilos, que seguramente nos han sentado estupendamente y nos hacen un tipazo, pero claro, como tenemos en la cabeza que hay que ser una sílfide, pues nada a correr y hacer regímenes que muchas veces pueden perjudicar seriamente nuestra salud. Pero, después, queremos mantener el tipín y eso nos cuesta mucho más. Hoy te voy a dar una serie de claves que, combinadas unas con otras, te convierten en la candidata ideal para ser una dietoadicta.
Cómo saber si te has convertido en una dietoadicta
Seguramente, desde que tienes uso de razón has ido de dieta en dieta como si estuvieras jugando al juego de la oca. Has probado de todo, batidos, detox, y dietas con nombres de lo más variopintos. Cuando vas a los restaurantes siempre te pides ensalada y, como mucho, un plato de pescado a la plancha de segundo. Tu caso es el de una “dietoadicta”. Esta palabreja significa que toda tu vida has estado a dieta y las pruebas todas.
Hoy te voy a mostrar algunas cosas que te harán comprobar si tú también eres una dietoadicta.
1. Distorsionas tu imagen corporal, te ves peor de lo que los demás te ven.
2. Te obsesionas por el peso.
3. Posees un alto nivel de emociones negativas (ansiedad, ira, tristeza, depresión…).
4. Sigues muchas dietas restrictivas que sabes que pueden ser perjudiciales.
5. Sufres un constante estado de insatisfacción que se traduce en ánimo negativo.
Estos factores, más propensos a aparecer en las mujeres, hacen que se una se vea mal, aunque realmente no lo esté, lo que le produce más ansiedad y emociones negativas, generando un deseo injustificado (no es hambre, sino ansiedad) por comer.
Esto pasa cuando la mujer piensa que su imagen es una ruina y no tiene nada que perder…
¡Así que, si crees que puedes estar dentro de este patrón, coméntaselo a tu médico de cabecera para que pueda ayudarte!!
Fuente: Revista Todo Fácil nº25
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