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La prestigiosa revista norteamericana «The Wall Street Journal» ha dedicado su número de abril a una de las mujeres más influyentes del mundo de la moda, por no decir a la más influyente. Todos conocen a Anna Wintour. Desde 1988 dirige con mano de hierro la edición norteamericana de Vogue y, en cierto modo, también dirige el mundo de la moda en general.

Como la mayoría ya sabréis, hace algún tiempo se presentó un documental, «The September Issue», sobre la labor que realiza Anna para crear el número más importante del año para Vogue. El director del documental, R.J. Cutler, dijo: «Puedes hacer una película en Hollywood sin la bendición de Steven Spielberg, y puedes publicar un software sin la bendición de Bill Gates, pero no puedes triunfar en la moda sin la bendición de Anna».

Pues bien, lo cierto es que Anna es un propio negocio en si misma. Su imagen cuidada al detalle, su pelo perfecto, sus gafas oscuras y su alergia a hablar para los medios de comunicación hacen que se envuelva en un halo de misterio que todavía propicia más su popularidad.


En el número de abril de The Wall Street Journal se hace especial hincapié en la red de amigos y conocidos que Anna tiene en casi todos los sectores, desde la política, hasta los deportes, pasando por el mundo de la moda. Y todos se rinden a ella. Como ha dicho Marc Jacobs, «si Anna me pide algo, no hay dos posibles respuestas».

Para llegar a este puesto de mandamás del mundo de la moda, Anna ha tenido que trabajar duro. Hija de padre inglés y madre norteamericana, Anna trabajó en Londres antes de incorporarse al staff de la revista Harper’s Bazaar de Nueva York en 1976. Más tarde trabajó para la New York, para pasar después a directora creativa de Vogue USA.

Aunque muchos han hablado en los últimos años sobre su posible salida de la edición norteamericana de Vogue, lo cierto es que Anna continúa dirigiendo con mano de hierro la revista, y parece que todavía tiene cuerda para rato.

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