Para evitar dolores y trastornos debemos usar un sujetador acorde con nuestra complexión, con el tamaño de nuestro pecho y con el contorno de él…
No debes comprar un sujetador sin probártelo previamente, porque si presiona demasiado las mamas, puede ocasionar muchas molestias. Aunque solemos usarlo por fines estéticos, lo primero a la hora de elegir el sujetador más conveniente debe ser la comodidad.
Debes comprobar correctamente que tu sujetador es el adecuado
En este sentido, es básico acertar con la talla y escoger modelos que no presionen o rocen los senos al movernos y que los sujeten en posición anatómica normal.
Los sujetadores que elevan el pecho suelen hacerlo a costa de comprimir y acercar las mamas.
Muchas mujeres creen que es malo usar los que llevan aros metálicos, pero no tiene por qué ser malo pero los profesionales aconsejan que el uso de sostenes sin aro.
Piensa que este solo tiene la función de realzar el seno (sin ninguna necesidad fisiológica) pero es facil que lo comprima o se clave en él. Si decides el uso del aro debes asegurarte de que el sostén se adapte bien.
No sé si habéis oido hablar de “El síndrome del sujetador“, pues es un trasntorno que suele afectar a mujeres con mamas muy voluminosas: si el sostén no es suficientemente fuerte para sujetarlas, el tirante comprime el músculo del hombro yeso ocasiona dolor.
En estos casos, el sujetador deja una marca visible en toda la espalda.
Imágenes: Huffington post, Lovestore
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